Las granjas gallegas alcanzan su mayor producción en diez años, pese a ser un 65 % menos
Las poco más de diez mil explotaciones que
continuaban en activo en la comunidad a 31 de marzo, fecha de
finalización de la campaña láctea 2012-2013, entregaron a la industria
un total de 2.367.021 toneladas de leche, lo que supone un incremento
del 1,5 % con respecto al mismo período anterior. Esta circunstancia
cobra todavía mayor relevancia si se tiene en cuenta que el número de
productores descendió en casi medio millar durante los últimos doce
meses y que, a día de hoy, solo sobreviven el 35 % del total de granjas
que había censadas hace una década. Se han quedado por el camino unas
20.000 explotaciones en la comunidad. En este espacio de tiempo, en diez
años, el volumen de materia prima producida no solo no ha caído, sino
que ha seguido una línea claramente ascendente. Si se atiende a lo
sucedido en la campaña 2002-2003, el incremento es más que notable: roza
el 16 %.
¿Cuáles son los motivos de ese incremento
sostenido en las cuatro últimas campañas, cuando más arreció la crisis?
Hay una sucesión de factores. La apuesta por la modernización y por el
dimensionamiento adecuado de las granjas (menos, pero más grandes),
unido a un intenso trabajo de mejora genética y optimización de los
cultivos ha permitido a los profesionales gallegos aumentar de forma
significativa su cabaña ganadera y las medias de producción por animal.
Aspectos estos que se antojan vitales para hacer frente al complicado
escenario que se presenta a partir de marzo del 2015 con la desaparición
de las cuotas lácteas y la más que probable liberalización de los
mercados que esto traerá consigo.
La buena evolución experimentada por la
producción no tiene, sin embargo, su correspondencia en los precios que
los ganaderos perciben por la materia prima. Durante el mes de marzo,
último liquidado hasta el momento por la industria, el precio medio
percibido por los productores gallegos se situó en 32,7 céntimos por
litro, prácticamente idéntico al que se registraba a principios de año.
Ni la subasta
al alza de Fonterra -cooperativa neozelandesa, principal exportador
mundial de leche cuyos precios se utilizan como indicador oficioso de la
evolución de las cotizaciones internacionales- ni el incremento de
hasta el 22 % experimentado por la leche en polvo han tenido su reflejo
en las liquidaciones efectuadas a los productores.
Mejores expectativas
No obstante, según apuntan fuentes del sector,
las expectativas de precios que se esperan para la leche entregada en
abril y mayo son positivas, por lo que no sería de extrañar que los
incrementos rondasen los dos o incluso tres céntimos, en el caso de
aquellos ganaderos con mayores producciones.
Galicia sigue en el furgón de cola de la Unión
Europea en cuanto a precios de la leche. La media comunitaria durante el
mes de marzo fue de 34,41 céntimos, casi un céntimo y medio más que la
estatal, que superó ligeramente los 33 céntimos. Es una situación que se
lleva repitiendo en los últimos años.
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