- La inversión permite un ahorro del 40% del gasto en combustible, que se obtiene a partir de serrín y virutas de madera triturada
- Una comunidad de Logroño estrena la primera calefacción de biomasa
Los vecinos de Jorge Vigón 9 se van a ahorrar 33.000
euros al año en combustible, alrededor del 40% del coste total, al
estrenar la primera caldera de biomasa en una comunidad vecinal de
Logroño. Los 68 titulares de los pisos se decidieron a abandonar el
gasoil y emplear 'pelets', pequeños cilindros de serrín y virutas de
madera triturada que además reduce en un 90% las emisiones de CO2 al
aire.
Durante los diez primeros años mantendrán el gasto
actual, con lo que irán amortizando la inversión de la nueva caldera. A
partir del undécimo año, los vecinos dejarán de pagar la instalación y
abonarán solo el combustible, con lo que los costes se reducirán a la
mitad aproximadamente. «Como nosotros no subimos lo mismo que el
combustible, estamos teniendo incluso más ahorro», agrega Pedro Alonso,
responsable de la empresa de su mismo nombre, encargada junto a Rebi del
proyecto.
Son los primeros, pero la empresa ya estudia otros diez
expedientes. «No llegaremos al uso del 50% como en Austria, pero
conseguir una cuota del 10% o el 15% sería un objetivo ambicioso»,
apunta Alberto Gómez, director de la empresa Rebi.
«En los diez primeros años el mantenimiento de las
calderas, tanto preventivo como correctivo, corre a cargo de la empresa
instaladora, así como el suministro de pelets», de los que cada año
producen más de 40.000 toneladas, señaló Gómez. El Gobierno de La Rioja
ha apoyado la iniciativa con una subvención de 14.873 euros, el 4% de
los 350.000 euros que cuesta la inversión total.
Materia sin tratar, serrines y cualquier resto vegetal
puede ser susceptible de convertirse en biomasa, por lo que «habilitando
las calderas de gasóleo, en una de cuarenta toneladas, hay carga para
un mes en lo más duro del invierno».
«El mantenimiento es muy sencillo, son automodulantes,
así que lo único que tenemos que hacer es la recogida de cenizas y la
descarga de los 'pelets'», explica Francisco López, encargado del
mantenimiento de la caldera.
Para Francisco Pérez, presidente de la comunidad de
vecinos, la elección era sencilla: «El precio del gasoil siempre sube, y
esta alternativa era una bajada de gastos tan tremenda... Ahora nos
encontramos con unas instalaciones nuevas sin tener que desembolsar un
euro por ellas».
España es uno de los grandes productores del mundo de
'pelets', que además de ser un material ecológico, promueve la limpieza
de los bosques, de donde se obtiene la materia prima. «Eso nos da
puestos de trabajo, tenemos nuestro propio combustible, y la madera
lleva veinte años con el mismo precio, mientras que la gasolina sube»,
añade López. La empresa atiende a quince clientes en empresas o en
viviendas unifamiliares, pero ahora espera un aumento en comunidades de
vecinos.
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