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Un equipo formado por investigadores de la Universidad de La
Rioja y el Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología de Salamanca
ha determinado que el compost elaborado a partir del sustrato en el que
crecen setas y champiñones tiene capacidad en la retención de fungicidas
y regula su dispersión en el medioambiente, dos características de gran
utilidad para evitar la contaminación de las aguas y del medio.
Investigadores de la Universidad de La Rioja (UR) y el Instituto de
Recursos Naturales y Agrobiología de Salamanca (IRNASA-CSIC) han
determinado que un abono a base de un compuesto de sustrato postcultivo
de hongos tiene capacidad como adsorbente de fungicidas y regula su
dispersión en el medio ambiente.
"La mezcla heterogénea del sustrato comprende el material del
compost inicial usado para la producción de hongos, con un mayor o menor
grado de desarrollo dependiendo del hongo cultivado, y el proceso
posterior de alteración y/o compostaje a que se vea sometido", explican
los expertos.
Marisol Andrades, profesora del departamento de Agricultura y
Alimentación de la UR; Jesús Mª Marín-Benito, Mª Sonia Rodríguez-Cruz y
Mª Jesús Sánchez-Martín, investigadores del Instituto de Recursos
Naturales y Agrobiología de Salamanca (IRNASA-CSIC) trabajaron en
colaboración con el Centro Tecnológico de Investigación del Champiñón
(CTICH), en La Rioja, y la empresa Intraval para evaluar la capacidad de
diferentes sustratos postcultivo de hongos (SPCH) en términos de naturaleza y/o tratamiento como adsorbente de ocho fungicidas de diferente estructura química.
Los sustratos postcultivo de hongos fueron generados después de la
producción de los tres tipos principales: champiñón y seta común, y
shiitake
Los SPCH usados fueron generados después de la producción de los tres principales tipos de hongos: champiñón común (Agaricus bisporus), seta común (Pleurotus spp) y shiitake (Lentinula edades),
que suponen más del 70% de la producción mundial de hongos, y los
fungicidas fueron compuestos químicos representativos de grupos de
alaninato, triazoles, pirimidamina, carbamatos o estrobilurin.
El sustrato compostado del cultivo de champiñón, el más eficaz
La adsorción de los fungicidas por los SPCH, en valores medios,
aumentó en el siguiente orden, de menor a mayor: metalaxil (8.7%) <
iprovalicarb (15.7%) < pirimetanil (43.2%) < benalaxil (45.3%)
< azoxistrobin (49.1%) < tebuconazol (56.7%) < penconazol
(68.1%) < ciprodinil (93.6%) y la adsorción más alta fue obtenida por
el SPCH compostado procedente del cultivo del champiñón.
Adsorbentes de fungicidas
Las diferencias obtenidas fueron debidas principalmente a la
hidrofobicidad de los compuestos orgánicos y a la polaridad de los
adsorbentes.
Los resultados de este trabajo ponen de manifiesto la capacidad de
los SPCH como adsorbentes de fungicidas y la baja desorción observada
para algunos en concreto. También sugieren que deberían ser obtenidos
materiales más humificados para facilitar su eficiencia en el diseño de
tecnologías o estrategias fisicoquímicas para la inmovilización de
fungicidas en suelos.
Así, un agricultor puede aprovechar y aplicar SPCH al suelo
directamente, si bien es un residuo compostado el que ralentizaría la
movilidad de los fungicidas.
En conclusión, diferentes tipos de SPCH podrían ser usados para
adsorber pesticidas dentro del diseño de métodos fisicoquímicos para la
inmovilización de estos compuestos en el suelo, la regulación de su
movilidad en el ambiente y la prevención de contaminación de las aguas.
Algo que precisamente en La Rioja sería de gran utilidad en usos
agrícolas dado que el cultivo del champiñón es el más destacado después
del viñedo.
Referencia bibliográfica:
Marisol Andrades, Jesús Mª Marín-Benito, Mª Sonia Rodríguez-Cruz y
Mª Jesús Sánchez-Martín. ‘Evaluación de sustrato gastado de hongos como
adsorbente de fungicidas: influencia de las propiedades del adsorbente y
sorbato’. Journal of Environmental Quality.
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