martes, 11 de diciembre de 2012

Cómo sentirse seguro a la hora de exponer

 
¿Te sientes inseguro cuando le cuentas a tu amigo qué hiciste el fin de semana? ¿Sabés por qué no? Porque le estás hablando de una situación que vivenciaste, nadie sabe tan bien como tú de qué se trata.
A continuación se exponen una serie de consejos para sentirse serguro a la hora de exponer en público:
1- Comenzar por aquellos aspectos en los que tenemos más dominio es una de las estrategias para ir tomando confianza y romper el hielo con el público. Podemos olvidar lo dicho o hecho por alguien más, nunca lo que hemos reflexionado o elaborado nosotros mismos.
2- Otra técnica es concentrarse en el tema de la disertación cada vez que nos asalten ideas perturbadoras (¿estaré colorado?, ¿me verán nervioso?) ten en cuenta por otra parte que nunca agradamos a todo el mundo y tampoco tenemos porque hacerlo. En la medida en que volquemos nuestras energías en que todo aquel que nos escuche se contente con nosotros, navegaremos un río de sobrexigencia para caer por la cascada de lo irreal.
3- No te involucres en expresiones ajenas y aisladas. Alguien puede observarte con el seño fruncido porque está pensando en su acidez estomacal, en que olvidó comprar la comida de la noche, o un sinfín de cuestiones de las que estás completamente aparte. De ningún modo te adjudiques todas las expresiones de disgusto del auditorio. La expresión ajena no es más que eso: ajena. No es necesario que te encargues de ella.
4- Tomá en cuenta que la preparación es el centro neurálgico para estar seguro. Si bien es claro que no puede dominarse la totalidad del conocimiento, cuanto más sepas sobre tu disertación el sustento de apoyo es mucho mayor. Prepara para hablar el doble del tiempo que debés utilizar, verás que tu seguridad se incrementará notablemente. Sabrás que si olvidás algo tendrás herramientas para llenar ese espacio.
5- Si cometes un error admitelo y sigue adelante como si nada. Todos nos equivocamos y el auditorio admira a quien lo reconoce y sabe desamarrarse de los contratiempos.
6- Si eres inseguro o introvertido haz ademanes enfáticos, no tanto por los demás, sino por el efecto que generan en ti.
7- Por último, valórate. Si te preparaste con tiempo, reflexionaste, buscaste ejemplos, el tema es tuyo. ¡Ojo! Si lo anterior no es así recuerda las palabras de Dale Carnegie “solo el orador preparado merece tener seguridad”

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